En este libro se apuesta por el museo de ciencia contemporáneo como una organización trascendente y relevante: un espacio singularísimo y de talante profundamente social que aspira a transformar la cultura científica de su comunidad manteniendo a la vez un enfoque global. Un museo que dedica sistemáticamente recursos a constatar hasta qué punto consigue sus finalidades, a fin de mantener siempre un espíritu de búsqueda de la excelencia en el desarrollo de los ideales y valores de su misión social.

En el contexto de todo lo anterior, se reivindica también el lenguaje propio de ese medio de comunicación que es hoy el museo de ciencia contemporáneo: el lenguaje museográfico. El libro aboga por los activos de este lenguaje singular y autónomo en un contexto museístico en el que a veces —y muy paradójicamente— es poco comprendido y menos usado, en favor de otros lenguajes que ya disponen de sus propios espacios y recursos. En este empeño, la exposición, como producto propio y singular del lenguaje museográfico, complementará a otros medios y lenguajes para la cultura científica conviviendo con ellos, pero no confundiéndose con ellos.

Frente a un concepto de museo de ciencia que en ocasiones resulta más difuso que ecléctico al identificar su papel social y los recursos comunicativos empleados, se apuesta por un museo de ciencia transformador, plena y eficazmente centrado en las necesidades de su público y también en aquella forma de comunicar ciencia que se corresponde con el lenguaje que le es propio y autóctono.

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